Condiciones climáticas que se trabajan en los cultivos de tomates
El tomate es un cultivo de temporada calurosa y requiere de ciertas condiciones climáticas para su desarrollo óptimo. En general, el tomate se cultiva en zonas de clima templado entre 30 y 40 grados de latitud tanto en el hemisferio norte como en el sur.
- Temperatura
La temperatura es un factor clave en el desarrollo del tomate. La temperatura óptima para el desarrollo normal de tomates está entre los 18 y 27°C. La formación de flores se ve afectada bajo temperaturas superiores a los 27°C. Por esta razón, las plantas de tomate son propensas a daños por heladas durante cualquier fase de desarrollo. Al exponer las plantas a temperaturas inferiores a 10°C, sufren de una germinación retrasada de sus semillas y el desarrollo inicial se ralentiza. El frío también reduce la cantidad de frutos y la calidad de los mismos.
En el caso del cultivo de tomate en invernadero, la temperatura óptima para el desarrollo del tomate durante el día es de 23 – 25 °C y de 15 – 17 °C durante la noche respectivamente. Es una planta que requiere una variación entre la temperatura diurna y nocturna de aproximadamente 6 a 7 °C.
- Luz
Los tomates tienen sensibilidad a condiciones de baja intensidad de luz, y requieren un mínimo de 6 horas de sol directo para producir flores. Pero si la intensidad solar es demasiado alta, pueden resultar en quemaduras en las hojas y frutos. En el caso del cultivo de tomate en invernadero, se estima que para que el cultivo del tomate produzca con mínimas restricciones fotosintéticas, debe ocurrir una radiación incidente fuera del invernadero del orden de 14 a 16 MJ/m2/día.
Formas de prevenir daños a un cultivos de tomate por factores ambientales
El cultivo de tomate puede verse afectado por diversos factores ambientales, como la temperatura, la humedad, la luz y el suelo
- Selección del lugar de cultivo
Es importante seleccionar un lugar adecuado para el cultivo de tomate. Se debe evitar un lugar donde se haya realizado cultivos sucesivos de tomates o pimientos, ya que esto puede aumentar el riesgo de enfermedades y plagas. Además, se debe elegir un lugar con un suelo bien drenado y con un pH entre 6 y 7.
- Control de la temperatura
La temperatura es un factor clave en el desarrollo del tomate. La temperatura óptima para el desarrollo normal de tomates está entre los 18 y 27°C. La formación de flores se ve afectada bajo temperaturas superiores a los 27°C. Por esta razón, las plantas de tomate son propensas a daños por heladas durante cualquier fase de desarrollo. Al exponer las plantas a temperaturas inferiores a 10°C, sufren de una germinación retrasada de sus semillas y el desarrollo inicial se ralentiza.
En el caso del cultivo de tomate en invernadero, la temperatura óptima para el desarrollo del tomate durante el día es de 23 – 25 °C y de 15 – 17 °C durante la noche respectivamente. Es importante controlar la temperatura en el invernadero para evitar que las plantas sufran daños por temperaturas extremas.
- Control de la humedad
La humedad es otro factor importante en el cultivo de tomate. La humedad relativa óptima para el cultivo de tomate es del 60-80%. Sin embargo, la humedad excesiva puede favorecer el desarrollo de enfermedades fúngicas y bacterianas.
Medios ambientales que afectan el desarrollo del tomate en la agricultura
La producción de tomate puede tener un impacto negativo en el medio ambiente.
Impactos ambientales que pueden estar asociados a la producción de tomate en la agricultura.
- Uso de fertilizantes
El uso de fertilizantes puede tener un impacto negativo en el medio ambiente. Los fertilizantes pueden contribuir a la contaminación del agua y del suelo, ya que pueden contener altas concentraciones de nitrógeno y fósforo. Además, la producción de fertilizantes puede generar emisiones de gases de efecto invernadero. Es importante utilizar fertilizantes de manera responsable y en cantidades adecuadas para prevenir la contaminación ambiental.
- Uso de pesticidas
El uso de pesticidas también puede tener un impacto negativo en el medio ambiente. Los pesticidas pueden contaminar el agua y el suelo, y pueden tener efectos negativos en la salud humana y la biodiversidad. Es importante utilizar pesticidas de manera responsable y en cantidades adecuadas para prevenir la contaminación ambiental.
- Consumo de agua
La producción de tomate requiere de grandes cantidades de agua. Casi dos terceras partes del agua utilizada por el hombre se destina a la agricultura. El uso excesivo de agua puede contribuir a la escasez de agua y a la contaminación del agua.
- Contaminación del suelo
El uso excesivo de pesticidas y fertilizantes puede contribuir a la contaminación del suelo. Además, la erosión del suelo puede ser un problema en la producción de tomate. Es importante utilizar técnicas de conservación del suelo, como la siembra directa y la labranza mínima, para prevenir la erosión del suelo y la pérdida de nutrientes.
- Impacto en la biodiversidad
La producción de tomate puede tener un impacto negativo en la biodiversidad. Los métodos agrícolas pueden contribuir en gran medida a la pérdida de biodiversidad del mundo.